lunes, 13 de noviembre de 2017

§ 46. Una aproximación al emprendimiento en la Comunidad Foral de Navarra

Inmaculada Baviera Puig.
Profesora de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social. Universidad de Navarra

La Estrategia Europea 2020 y la Agenda 2030, aprobada el 25 de septiembre de 2015 por la Asamblea General de Naciones Unidas, han destacado la necesidad de promover un desarrollo económico sostenible. Con este objetivo, el Gobierno de Navarra realizó un balance por medio del informe de desarrollo económico (2015-2017), donde analizó algunos de los principales indicadores de la Comunidad Foral. Entre ellos, el PIB per cápita, que alcanzó en el año 2016 los 29.807 euros, habiendo crecido un 2,9% (por debajo de la media española, que se situaba en un 3,2%); y el desempleo, que había disminuido en un 7,8% ese mismo año. Si bien el informe de desarrollo económico señaló un incremento en el número de empresas (desde un total de 35.324 en el año 2014, a 38.444 a comienzos del año 2017, en el que cabe destacar la creación de nuevas cooperativas), se precisa un impulso mayor que se ha plasmado en una serie de iniciativas políticas (algunas de las cuales contaban con antecedentes en la Comunidad Foral).

En este contexto, una figura clave es la Sociedad de Desarrollo de Navarra, S.L. (Sodena), constituida por Ley Foral 1/1984, de 2 de enero, como instrumento financiero (entidad de capital riesgo) y mayoritariamente participada por el Gobierno de Navarra, que impulsa los proyectos empresariales en la Comunidad Foral. Los mecanismos de financiación, se centran en los sectores alineados con la Estrategia de Especialización inteligente-Navarra (biotecnología, energía y medio ambiente, agroalimentación y tecnologías de la información y comunicaciones). Un programa de financiación de proyectos empresariales incipientes, que resulten innovadores y proporcionen empleo cualificado para Navarra, se realiza a través de Start Up Capital Navarra, que es una sociedad de promoción de empresas impulsada por el Gobierno de Navarra y gestionada por Sodena. Dicha financiación se efectúa mediante la participación (que puede alcanzar los 400.000 euros) como socio minoritario en el capital social de la empresa (cuyo domicilio fiscal y el centro de decisiones debe estar en Navarra), con una duración entre 3 y 8 años.

Del apoyo a los emprendedores y al trabajo autónomo cabe señalar las medidas impulsadas en el marco de la Ley Foral 12/2013, de 12 de marzo, de apoyo a los emprendedores y al trabajo autónomo en Navarra. Esta prevé las políticas activas de fomento del empleo autónomo y de apoyo al emprendedor, así como el Plan Estratégico del Trabajo Autónomo (art. 20). El borrador del Plan del Trabajo Autónomo en Navarra previsto para los años 2017-2020, que fue presentado el 30 de noviembre de 2016, tras el que se abrió un período de participación, tenía como objetivos conseguir que cada año 1.000 personas fueran dadas de alta en el RETA, que los autónomos contratasen a 500 personas por cuenta ajena anualmente, e incrementar del 73% al 75% el número de autónomos en activo más de 3 años. Sin embargo, el plan mencionado no fue aprobado, con la consiguiente paralización de las medidas previstas y las quejas de las asociaciones de autónomos (ATA y UPTA). Con todo, el Gobierno concedió una serie de subvenciones en el año 2017, como las ayudas a la promoción del autoempleo y del empleo en las cooperativas de trabajo asociado y sociedades laborales de Navarra, bien mediante la incorporación de socios en las mismas, o bien por la realización de actuaciones para la creación de nuevas empresas de economía social.

La Ley Foral 12/2013, de 12 de marzo, de apoyo a los emprendedores y al trabajo autónomo en Navarra, preveía en su disposición transitoria única la elaboración del primer Plan de Emprendimiento (que tuvo una vigencia de 2013 a 2015). La experiencia positiva del primer plan de emprendimiento llevó a la elaboración de un segundo plan sobre la base de las conclusiones del primero. Una de las más señaladas es que en Navarra hay menos emprendedores por habitante, en comparación con otras regiones, pero tienen una mayor probabilidad de éxito, esto es, registra un elevado porcentaje de iniciativas empresariales consolidadas (cuya duración supera los 42 meses de vida), por encima de la media estatal. Los objetivos del II Plan de Emprendimiento en Navarra (2017-2019) son los siguientes: mejorar la longevidad de los proyectos y la tasa de actividad emprendedora; lograr un 5% de crecimiento anual del número de empresas activas en Navarra; mantener la dinámica de los grupos de trabajo y mejorar la coordinación y la eficiencia en la asignación de recursos; y, por último, alinear el Plan de Emprendimiento con los objetivos de la Estrategia de Especialización Inteligente. Este Plan también señala que el número de autónomos afiliados a la Seguridad Social se ha recuperado del descenso experimentado con la crisis (de un 7,3% desde el año 2008), ya que el año 2015 se cerró con un total de 47.883 trabajadores en este Régimen Especial. En cuanto al número de empresas instaladas en Navarra, el II Plan señala que se ha reducido notablemente, esto es, en un 23,7% desde el año 2007.

En el ámbito de la economía social, se aprobó la Ley Foral 2/2015, de 22 de enero, de microcooperativas de trabajo asociado de Navarra, cuyo objetivo es contribuir a la creación de micropymes bajo el modelo de sociedad cooperativa de trabajo asociado, en tanto que se trata de un modelo generador de empleo de calidad. Esta figura ha hecho posible una tendencia creciente del empleo en las cooperativas, encontrándose la Comunidad Foral entre las tres regiones, junto con País Vasco  Murcia, donde existe una mayor representación del empleo de cooperativas y sociedades laborales.

De la economía colaborativa, esto es, en el marco de personas no profesionales que ofrecen bienes y servicios a través de plataformas digitales, ha dado lugar a la puesta en marcha de una comisión de seguimiento por parte del Departamento de Desarrollo Económico del Gobierno de Navarra. La Comisión ha puesto de manifiesto la preocupación por la falta de regulación de estas iniciativas, que constituyen un gran potencial para el desarrollo económico de Navarra, y para el emprendimiento de las personas más jóvenes.

En resumen, el balance en Navarra es que si bien hay menos emprendedores por habitante, en comparación con otras regiones, registra un porcentaje elevado de iniciativas empresariales consolidadas (cuya duración supera los 42 meses de vida). Este hecho resulta positivo, y es impulsado por los distintos planes del Gobierno como el II Plan de emprendimiento. Sin embargo, cabe señalar que está basado en un sistema de subvenciones, también necesarias, al tiempo que Navarra ha perdido competitividad fiscal, ya que se ha reducido el número de empresas instaladas en la Comunidad Foral. Otros aspectos positivos son: la Estrategia de especialización inteligente en una comunidad que cuenta con tres universidades, así como la arraigada tradición cooperativista, cuyo espíritu solidario y de primacía de la persona resultan tan necesarios ante las crisis y el surgimiento de nuevas realidades económicas.



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