lunes, 21 de mayo de 2018

§ 73. La inclusión del cáncer provocado por el polvo de sílice en el cuadro de enfermedades profesionales (Real Decreto 257/2018, de 4 de mayo)


Francisco Rubio Sánchez
Profesor de Derecho del Trabajo - Universidad de Extremadura



El reciente Real Decreto 257/2018, de 4 de mayo, modifica el Real Decreto 1299/2006, de 10 de noviembre, por el que se aprueba el cuadro de enfermedades profesionales en el sistema de la Seguridad Social y se establecen criterios para su notificación y registro.

La reforma se dicta al amparo de lo dispuesto en el artículo 5 y en la disposición final octava del texto refundido de la Ley General de la Seguridad Social, aprobado por el Real Decreto Legislativo 8/2015, de 30 de octubre, y de acuerdo con la competencia exclusiva en materia de régimen económico de la Seguridad Social, que el artículo 149.1.17ª de la Constitución Española atribuye al Estado.

Tal y como se expone en la propia norma, se han producido importantes avances en las investigaciones y en el progreso en el ámbito científico y en el de la medicina que han permitido un mejor conocimiento de los mecanismos de aparición de algunas enfermedades profesionales y de su vinculación con el trabajo.

Las neumoconiosis son un grupo de enfermedades causadas por la acumulación de polvo en los pulmones y las reacciones tisulares debidas a su presencia, y se incluyen en el grupo de las enfermedades pulmonares intersticiales difusas (EPID).

Las evidencias científicas han demostrado que el polvo respirable de sílice, que puede adoptar forma cristalina, es susceptible de provocar cáncer de pulmón, lo que ha motivado la inclusión como enfermedad profesional el cáncer de pulmón  que tiene su origen en trabajos expuestos a la inhalación de polvo de sílice libre.

El dióxido de silicio o sílice cristalina es un componente natural, formado por silicio y oxígeno, que se encuentra abundantemente en rocas, suelo, arena o arcillas. Se trata de uno de los minerales más comunes en la corteza terrestre. El trabajo en la construcciónes una peligrosa fuente de exposición al sílice, que se encuentra en el hormigón, ladrillo y otros materiales utilizados en este ámbito. 

Dicho componente puede presentarse en varias formas, siendo el cuarzo la más común. La forma habitual de entrar en contacto con el cuerpo humano es por inhalación de pequeñas partículas al respirar. El polvo de sílice que puede ser respirado es invisible a simple vista, siendo tan liviano que puede permanecer en el aire por mucho tiempo, pudiendo recorrer grandes distancias por el aire. La inhalación más peligrosa se produce con relativa frecuencia en entornos industriales y ocupacionales, por ejemplo en trabajadores que utilizan sierras de mano (conocidas habitualmente como radiales) para cortar materiales como el hormigón y ladrillos, pudiendo penetrar las partículas profundamente en los pulmones.

También contienen cuarzo algunos productos comerciales, como artículos de limpieza, cosméticos, arcillas y esmaltes para trabajos artísticos, arena sutilizadas para evacuaciones de animales domésticos, talco, masilla y pintura.

Los estudios y la experiencia ponen de manifiesto que los índices más elevados de cáncer de pulmón por inhalación de sílice de han detectado en trabajadores de canteras y granito, así como personas que trabajan con cerámica, alfarería, ladrillos refractarios, fabricación de cementos y elaboración de áridos, fabricación, manipulación y transformación de vidrio o cerámica y ciertas industrias de explotación minera (subterránea y de cantera).

La Administración de Salud y Seguridad en Minas (Mine Safety and Health Administration) y la Administración de Salud y Seguridad Ocupacional de EE. UU. (U.S. Occupational Safety and Health Administration, OSHA) vienen dictando normas que regulan específica el uso de la sílice. 

Sobre la base de las referidas consideraciones técnicas y estudios, el Real Decreto 257/2018, de 4 de mayo, añade un nuevo agente R (polvo de sílice), subagente 01 (cáncer de pulmón), en el correspondiente cuadro donde, dentro del Grupo “Enfermedades profesionales causadas por agentes cancerígenos”, se especifican las principales actividades capaces de producirlas, que son las siguientes: Trabajos en minas, túneles, canteras, galerías y obras públicas; Tallado y pulido de rocas silíceas, trabajos de canteras; Trabajos en seco, de trituración, tamizado y manipulación de minerales o rocas; Fabricación de carborundo, vidrio, porcelana, loza y otros productos cerámicos, fabricación y conservación de los ladrillos refractarios a base de sílice; Fabricación y manutención de abrasivos y de polvos detergentes; Trabajos de desmoldeo, desbardado y desarenado de las fundiciones; Trabajos con muelas (pulido y afinado) que contengan sílice libre; Trabajos en chorro de arena y esmeril; Industria cerámica; Industria siderometalúrgica; Fabricación de refractarios; Fabricación de abrasivos; Industria del papel y Fabricación de pinturas, plásticos y gomas.

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