Inmaculada Baviera Puig.
Profesora
de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social. Universidad de Navarra
La Estrategia Europea 2020 y la Agenda 2030, aprobada el 25 de septiembre de 2015 por la
Asamblea General de Naciones Unidas, han destacado la necesidad de promover un
desarrollo económico sostenible. Con este
objetivo, el Gobierno de Navarra realizó un balance por medio del informe de desarrollo
económico (2015-2017), donde analizó algunos de los principales
indicadores de la Comunidad Foral. Entre ellos, el PIB per cápita, que alcanzó en el año 2016 los 29.807 euros, habiendo
crecido un 2,9% (por debajo de la media española, que se situaba en un 3,2%); y
el desempleo, que había disminuido en un 7,8% ese mismo año. Si bien el informe de desarrollo económico señaló un incremento
en el número de empresas (desde un total de 35.324 en el año 2014, a 38.444 a comienzos del año 2017, en el que cabe
destacar la creación de nuevas cooperativas), se precisa un impulso
mayor que se ha plasmado en una serie de iniciativas políticas (algunas de las cuales
contaban con antecedentes en la Comunidad Foral).
En este contexto, una figura clave es la Sociedad de
Desarrollo de Navarra, S.L. (Sodena), constituida por Ley Foral 1/1984, de 2 de
enero, como instrumento financiero (entidad de capital riesgo) y mayoritariamente
participada por el Gobierno de Navarra, que impulsa los proyectos empresariales
en la Comunidad Foral. Los mecanismos de financiación, se centran en los
sectores alineados con la Estrategia de Especialización inteligente-Navarra
(biotecnología, energía y medio ambiente, agroalimentación y tecnologías de la
información y comunicaciones). Un programa de financiación de proyectos
empresariales incipientes, que resulten innovadores y proporcionen empleo
cualificado para Navarra, se realiza a través de Start Up Capital Navarra, que
es una sociedad de promoción de empresas impulsada por el Gobierno de Navarra y
gestionada por Sodena. Dicha financiación se efectúa mediante la participación (que
puede alcanzar los 400.000 euros) como socio minoritario en el capital social
de la empresa (cuyo domicilio fiscal y el centro de decisiones debe estar en
Navarra), con una duración entre 3 y 8 años.
Del apoyo a los emprendedores y al trabajo autónomo cabe
señalar las medidas impulsadas en el marco de la Ley Foral 12/2013, de 12 de marzo, de apoyo a los emprendedores y al
trabajo autónomo en Navarra. Esta prevé las políticas activas de fomento del
empleo autónomo y de apoyo al emprendedor, así como el
Plan Estratégico del Trabajo Autónomo (art. 20). El
borrador del Plan del Trabajo Autónomo en Navarra previsto para los años
2017-2020, que fue presentado el 30 de noviembre de 2016, tras el que se abrió
un período de participación, tenía como objetivos conseguir
que cada año 1.000 personas fueran dadas de alta en el RETA, que los autónomos
contratasen a 500 personas por cuenta ajena anualmente, e incrementar del 73%
al 75% el número de autónomos en activo más de 3 años. Sin embargo, el plan
mencionado no fue aprobado, con la consiguiente paralización de las medidas
previstas y las quejas de las asociaciones de autónomos (ATA y UPTA). Con todo,
el Gobierno concedió una serie de subvenciones en el año 2017, como las ayudas
a la promoción del autoempleo y del empleo en las cooperativas de trabajo
asociado y sociedades laborales de Navarra, bien mediante la incorporación de
socios en las mismas, o bien por la realización de actuaciones para la creación
de nuevas empresas de economía social.
La Ley Foral 12/2013, de 12 de marzo, de apoyo a los emprendedores y al
trabajo autónomo en Navarra, preveía en su disposición transitoria única la
elaboración del primer Plan de Emprendimiento (que tuvo una vigencia de 2013 a
2015). La experiencia positiva
del primer plan de emprendimiento llevó a la elaboración de un segundo plan
sobre la base de las conclusiones del primero. Una de las más señaladas es que
en Navarra hay menos emprendedores por habitante, en comparación con otras
regiones, pero tienen una mayor probabilidad de éxito, esto es, registra un elevado porcentaje de iniciativas
empresariales consolidadas (cuya duración supera los 42 meses de vida), por
encima de la media estatal. Los objetivos del II Plan de Emprendimiento
en Navarra (2017-2019) son los siguientes: mejorar la longevidad de
los proyectos y la tasa de actividad emprendedora; lograr un 5% de crecimiento
anual del número de empresas activas en Navarra; mantener la dinámica de los
grupos de trabajo y mejorar la coordinación y la eficiencia en la asignación de
recursos; y, por último, alinear el Plan de Emprendimiento con los objetivos de
la Estrategia de Especialización Inteligente. Este Plan también señala que el número de autónomos
afiliados a la Seguridad Social se ha recuperado del descenso experimentado con
la crisis (de un 7,3% desde el año 2008), ya que el año 2015 se cerró con un
total de 47.883 trabajadores en este Régimen Especial. En cuanto al número de empresas instaladas en
Navarra, el II Plan señala que se ha reducido notablemente, esto es, en un
23,7% desde el año 2007.
En el ámbito de la economía
social, se aprobó la Ley Foral 2/2015, de 22 de enero, de microcooperativas de
trabajo asociado de Navarra, cuyo objetivo es contribuir a la creación de micropymes bajo el modelo de
sociedad cooperativa de trabajo asociado, en tanto que se trata de un modelo
generador de empleo de calidad. Esta figura ha hecho posible una tendencia
creciente del empleo en las cooperativas, encontrándose la Comunidad Foral
entre las tres regiones, junto con País Vasco
Murcia, donde existe una mayor representación del empleo de cooperativas
y sociedades laborales.
De la economía colaborativa, esto es,
en el marco de personas no profesionales que ofrecen bienes y servicios a través de
plataformas digitales, ha dado lugar a la puesta en marcha de una comisión de
seguimiento por parte del Departamento de Desarrollo Económico del Gobierno de
Navarra. La Comisión ha puesto de manifiesto la preocupación por
la falta de regulación de estas iniciativas, que constituyen un gran potencial
para el desarrollo económico de Navarra, y para el emprendimiento de las
personas más jóvenes.
En resumen, el balance en Navarra es que
si bien hay menos emprendedores por habitante, en comparación con
otras regiones, registra un porcentaje elevado de iniciativas empresariales
consolidadas (cuya duración supera los 42 meses de vida). Este hecho resulta
positivo, y es impulsado por los distintos planes del Gobierno como el II Plan
de emprendimiento. Sin embargo, cabe señalar que está basado en un sistema de subvenciones,
también necesarias, al tiempo que Navarra ha perdido competitividad fiscal, ya
que se ha reducido el número de empresas instaladas en la Comunidad Foral. Otros
aspectos positivos son: la Estrategia de especialización inteligente en una
comunidad que cuenta con tres universidades, así como la arraigada tradición
cooperativista, cuyo espíritu solidario y de primacía de la persona resultan
tan necesarios ante las crisis y el surgimiento de nuevas realidades
económicas.
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